Con el 24% de los votos, se queda muy por debajo de la representación obtenida por Fernández Vara o García- Page
Ximo Puig confió en Pedro Sánchez para mejorar los resultados de hace cuatro años y adelantó la convocatoria electoral. La apuesta no le ha salido tan bien como parecía en un primer momento. El 28 de abril todo era euforia en la sede de la avenida del Oeste. Los socialistas valencianos celebraban el
resultado de las autonómicas y las generales. El PSPV no sólo había incrementado el número de escaños, sino que se había fortalecido respecto a sus socios de gobierno en la Generalitat.
Un mes después, y tras el recuento de las elecciones municipales, se puede hacer una nueva lectura. Puig consiguió el pasado 28A una victoria, no hay duda, pero ahora adquiere un sabor agridulce tras comparar los resultados obtenidos por el PSPV con el del resto de barones socialistas que celebraron los comicios autonómicos junto a los locales. Puig se ha convertido en el líder del PSOE con menos respaldo popular de toda España, muy lejos de otros dirigentes como
Emiliano García-Page o Guillermo Fernández Varay por debajo de la media de los candidatos socialistas.
La tónica general fue que los socialistas reforzaron su poder territorial en las elecciones del domingo. Consiguieron dos mayorías absolutas y acabaron con alguno de los
feudos tradicionales del Partido Popular como La Rioja, Castilla y León, Murcia o, incluso, Madrid. No todas en ellas van a lograr el gobierno pues dependen de los pactos postelectorales, pero su porcentaje de voto se incrementó notablemente respecto a los comicios autonómicos y locales de hace cuatro años.
La mayor parte de los barones socialistas consiguió superar la barrera del 30% de los votos. Sólo se quedaron por debajo Madrid, Baleares, donde la fragmentación del voto de la izquierda es más acusado, y la Comunitat Valenciana en la que Puig apenas logró el 24% de los sufragios. Aún así su victoria es más sólida que hace cuatro años, pero todo apunta a que podría haber sido aún mayor.
El caso más destacado es el de Extremadura, donde los socialistas han conseguido tras varios años una nueva mayoría absoluta con el 47% de los votos emitidos y podrá gobernar sin el apoyo de otras formaciones políticas. Fernández Vara se ha hecho con 34 de los 65 escaños de la cámara autonómica.
En Castilla-La Mancha pasó algo similar. Aunque la victoria no fue tan abultada (el 44% de los sufragios), Emiliano García-Page podrá también gobernar en solitario tras la desaparición de Podemos de la cámara autonómica y conseguir 19 de los 33 escaños que componen el parlamento castellano-manchego.
Los socialistas podrán también gobernar en
La Rioja, uno de los feudos del PP desde hace 24 años, con el apoyo de Podemos o Ciudadanos y tras conseguir el respaldo del 38% de los votantes y sumar 15 de los 33 escaños posibles.
En
Asturias el PSOE podrá seguir gobernando tras mejorar sus resultados al pasar de los 14 a los 20 escaños. Ni siquiera tendrá que recurrir a Podemos o Izquierda Unida. Le basta con el apoyo de Ciudadanos.
Los socialistas también se impusieron en
Castilla y León, otro de los feudos populares. El PP había ganado elección tras elección desde 1987. Hasta el domingo cuando el PSOE se hizo con 34 diputados, aunque no tiene fácil gobernar.
Murcia se encuentra en una situación similar. Los socialistas consiguieron la mayoría con 16 escaños empatados con el PP que tiene más fácil gobernar.
En
Aragón, con el 30% de los votos, el PSOE volvió a ganar incrementando su representación, aunque necesitará de los pactos para mantener el ejecutivo.
En
Madrid los socialistas de Ángel Gabilondo se quedaron con el 27% de los votos, pero en un escenario con la izquierda muy fragmentada y donde se vivió una de las luchas más enconadas de las elecciones del pasado domingo. El PSOE se quedó a un puñado de votos de arrebatar la comunidad al PP.
Hasta el socialismo de
Francina Armengol consiguió un mejor resultado que Ximo Puig. Con el 27,4% de los votos, los socialistas se han convertido por primera vez en el partido más votado en Baleares y podrán mantener el gobierno autonómico.