La Real Senyera no s’inclina davant ningú
Per Baltasar Bueno Tárrega
El rey Pedro IV de Aragón y II de Valencia creó un protocolo y ceremonial muy especial para la Real Senyera, que se viene observando desde entonces y que el profesor e investigador Fermín Juanto Manrique resume en estos tres puntos:
1.- Que no haga reverencia, ni se incline ante nadie.
2.- Que su salida no sea nunca por la puerta, sino que solemnemente sea bajada verticalmente desde el balcón consistorial.
3.- Que de su custodia se encargue el Maestre Racional, quien le entregará al Justicia de lo Criminal para las conmemoraciones ciudadanas y al jefe del Centenar de la Ploma para las salidas por contrafueros o en defensa del Reino.
Reglas de los Ballesteros
El mismo Rey también reguló la elección de los cien ballesteros artesanos que, como miembros de dicha institución, custodiaban la Senyera.
El 23 de julio de 1376, Pedro IV añadió a esta tradicional escolta otros cien hombres, nobles o plebeyos, tal es la importancia que siempre, y más en ese momento, tuvo la Real Senyera.
Pedro IV de Aragón y II de Valencia concedió, además, que en la moneda al uso, florines, florins d’or d’Aragó que se acuñaran en Valencia a partir de 1369, apareciera en el reverso la corona real, y que siempre que se escribiera el nombre de Valencia en los documentos diplomáticos fuera cornada la letra “L”.
Bandera tricolor
La Real Senyera estaba debidamente guardada y custodiada, y se le rendía los máximos honores cada vez que entraba o salía de la sede del Consell de la Ciutat, el equivalente hoy al Ayuntamiento.
El protocolo con respeto a la Real Senyera siempre se le ha guardado con exquisita escrupulosidad, incluso hoy, adaptado a los tiempos, los distintos gobiernos municipales lo han seguido con el mayor de los respetos por lo que representa.
Tiene también por especial Privilegio de Rey un escudo fet a cayró, es decir, en forma de rombo y con los cuatro palos gules, todo lo cual era exactamente el timbre del Rey.
En 1377, los Jurats del Consell de la Ciutat hicieron la siguiente recomendación muy especial:
“Lo dit Consell pensam que en los segells no havia convinents ne encara deguts senyals de edificis a forma de una ciutat e ès cert que el senyal per los molts alts Senyors Reys d’Arago otorgat e conformat a la dita Ciutat, era e es llur propi senyal de bastons o barres grogues e vermelles.
Per tal, lo dit Consell, deliberadament e concordant, tenc per be e volc e proevi que els ordinaris e escrivans de les dites corts usen del dit senyal real de cascun segells”.