“LA BRUJA CONDADO DE BARCELONA”

CUENTO DE NAVIDAD: “LA BRUJA CONDADO DE BARCELONA” Como siempre en navidad, la anciana Amparo, se desplazaba hasta Santander desde Valencia para pasar las fiestas con su hija y su pequeña nieta Ana. Este año, después de la cena y de la celebración de la noche buena su nieta le dijo.–Cuéntame un cuento yaya…–Claro cariño, pero vamos a la cama y te duermes que es muy tarde ya.–Uno de princesas y príncipes y reinos encantados yaya…–Si mi amor uno qué te va a encantar….Era se una vez, en ese mismo lugar donde nacimos tú madre tú y yo, que existía un Reino repleto de azahar y de flores. Donde sus gentes vivían felices en sus campos de naranjos y arroz.-¿Pero era un Reino con princesas y príncipes yaya…?Preguntó la pequeña Ana de seis años, ansiosa por saber más desde su cama.–Si cariño. Con princesas, con príncipes, con caballeros, con linaje, con idioma, con Leyes y moneda propia. Todo un Reino admirado por el mundo entero que se llamaba Valencia.–¿Valencia yaya…?–Si, Valencia cariño. Pero duérmete y no me interrumpas y verás cómo entiendes mejor este bonito cuento de tú historia mi amor.–Como te digo preciosa, era un Reino que lo tenía todo. La bendición de reyes y de conquistadores. Con unos habitantes, los valencianos, que eran todo un jolgorio de fiesta y alegría. Parecía que aquel Reino fuera el paraíso terrenal creado por el mismo dios.–¿Pero habían príncipes y princesa yaya…??–Si cariño, habían príncipes, princesas y reyes. Lo que no había era zapatitos de cristal, porque lo que allí calzaban eran “espardenyes de careta” para el trabajo.–No habían zapatitos de cristal yaya Pero…. ¿si habrían manzanas envenenadas verdad?–No cariño. Tampoco había manzanas envenenadas. Lo que si había era una bruja que se llamaba Condado de Barcelona.–¿Una bruja mala que se comía a la gente yaya…?–Si cariño, muy mala y traicionera. Pero esta bruja no se comía a la gente, se comía la historia que pertenecía a esa gente, su idioma y sus tradiciones. Convirtiéndolos en sus adeptos, en unos esclavos vacíos de pasado y de futuro.–Y como lo hacía yaya… ¿Tenia magia esa bruja?–No mi amor no, no tenía magia. Lo que tenía era muy mala fe y mucho odio en sus entrañas, y a base de engaños y mentiras se quería apropiar de todo. Del idioma, de su historia y del territorio de los valencianos.–¿Y porque lo hacía yaya….? ¿Porque se comía su historia y no se los comía a ellos?–Es una larga historia que viene aún de mucho más lejos vida mía. Si me prometes que te duermes te la cuento ¿Vale?–Siiii yaya…. te lo prometo. Dijo la niña apretando los ojos interesada por el atípico cuento de esa bruja que su abuela le proponía.–Veras… Este maravilloso lugar lo conquisto un Rey a los moros que se llamaba Jaime I y se enamoró tanto de aquel sitio, que le dio Fueros propios, el linaje de un gran reino y bandera oficial por derecho de conquista a la que llamo Senyera Valenciana. Eso enfado mucho a la bruja condado de Barcelona, porque a ella el rey la dejo relegada a un simple Condado, sin Leyes propias, ni el galones, ni bandera, ni nada de nada. Pero la bruja Condado de Barcelona juro vengarse…… El tiempo paso en este encantador Reino y algunos de sus habitantes se convirtieron en auténticos genios en infinidad de actividades. Naciendo allí buenos músicos, excelentes pintores y sobre todo maestros en la lengua y en la escritura. No en vano ese Reino tuvo un Siglo de Oro de su lengua escrita, que no sólo fue envidiado por la bruja sino por el mundo entero conocido….. Los valencianos vivían felices en el Reino llenándolo de tradiciones, festejos y alegría, que seguía enfureciendo la envidia y las ganas de venganza de la bruja…..Un buen día, pasado muchos años, la bruja trazo un plan y le dijo al Reino de Valencia que les ayudaría a preservar su lengua milenaria en los colegios, incluso con apoyo económico y pedagógico. Pero nada de eso era cierto, lo que la bruja pretendía era engañarlos y enseñar su propio idioma. Para que al poco tiempo los niños se olvidaran del idioma autóctono del Reino, y solo supieran hablar el del Condado de la bruja. Era, como el encantamiento que les hizo el Flautista de Hamelin a los niños tocando la flauta, pero esta bruja los captaba con el engañó del idioma.–¿Cómo la manzana de la bruja de Blancanieves..? –jajajajaja, si cariño. Como la manzana envenenada de la bruja de Blancanieves. Porque lo que la bruja condado de Barcelona ofrecía al Reino de Valencia, era todo envenenado y malvado.–Y un príncipe vino de un país lejano beso al Reino y lo salvo…. ¿A que si yaya?–Si cariño, un buen día apareció un príncipe y salvo a los niños del Reino de la bruja malvada. Pero no vino de ningún país lejano, fue el amor que le tenían los habitantes a su Reino de Valencia, lo que por arte de magia hizo que se convirtiera en príncipe azul la bandera del Reino. Esa bandera Senyera con el azul coronado, que el Rey Jaime I El Conquistador le entrego como un galardón de amor y linaje a ese lugar. Ohhhhh que bonito yaya. ¿Cómo la calabaza que se hizo carroza en el cuento de Cenicienta…??–Si cariño, como la magia del cuento de Cenicienta al convertir la calabaza en carroza. Cuando todos los habitantes juntaron el amor que le tenían a su Reino, pasó algo muy parecido a ese humo que salía de la lámpara de Aladino, pero en este caso no se convirtió en un genio, sino que fue la bandera Senyera Valenciana la que se convirtió en un apuesto príncipe. Un príncipe, que con su nobleza y su honesta verdad de la historia de aquel Reino, se enfrentó a la bruja Condado de Barcelona. En aquel preciso momento desde la puerta de la habitación, Vicenta, hija de la yaya y madre de Ana agregó emocionada. –Mama, es el mismo cuento que me contabas a mí de pequeñita. Es encantador oír como se lo cuentas ahora a Ana.–Si hija mía. Es el mismo cuento de siempre, la misma humillación de siempre por el miserable catalanismo que soportamos en Valencia.–Pero….. ¿Aun estáis así en Valencia mama? Peleando con el catalanismo.–¿Si estamos así dices hija mía….? Estamos mucho peor ahora que cuando yo te contaba a ti este cuento hace treinta años.–¿No habéis hecho nada los valencianos desde entonces Mama? Y aun os estáis dejando avasallar por ellos. La yaya bajo la cabeza antes de contestar.–No, la verdad es que no hemos hecho nada de nada hija. Tan solo criticarnos los unos a los otros, pero sin tomar partido por lo que verdaderamente nos importa, nuestras raíces y nuestro idioma como valencianos. Durante varios minutos, el silencio se podía cortar en el ambiente. Hasta que la pequeña Ana, con esa normalidad y desenfado que tienen los niños dijo desde su cama.–No os preocupéis. Esa bandera que se convierte en príncipe matara a la bruja mala y salvará al Reino de Valencia. ¿Verdad yaya….?–Si cariño. La Senyera convertida en príncipe azul, vendrá. Pero no matara a la bruja porque es bueno y noble este príncipe e incapaz de matar a nadie vida mía. Le hablará con la verdad de la historia a la bruja condado de Barcelona y la dejara convertida en un sapo para siempre por los Siglos de los Siglos .Dijo la yaya abrazando a su nieta con los ojos humedecidos de lágrimas, con ese amor que sólo las abuelas generan por sus nietos. Mientras Vicenta, ponía la mano en el hombro de su madre conociendo el cariño que siempre le inculco de su tierra valenciana y que ahora hacia con su hija Los cuentos realmente no los inventó nadie, probablemente son sensaciones que fueron creadas para dar unas determinadas enseñanzas de alguna cosa en particular a personas que nos importan. Son así parte de lo popular que se va transmitiendo de generación en generación en Valencia. ¿Quién no recuerda un cuento en su infancia siendo valenciano…? Por otro lado, posiblemente, los cuentos fueron creados con algo más que una idea didáctica, tal vez para darnos esperanza a todos con sus finales felices en sus historias. Porque al fin y al cabo, todos los cuentos acaban con el famoso: “y fueron felices y comieron perdices” Esperemos que este cuento de la bruja mala del condado de Barcelona, tenga un final feliz para los valencianos y el cuento termine así: “y fueron felices y comieron paella. Olvidándose para siempre del catalanismo en este Reino valenciano soberano VALENCIANOS, NO OLVIDEMOS JAMAS NUESTRAS RAICES, NI DE COMPARTIR ESA GRADEZA DE SENTIRSE VALENCIANO CON NUESTROS HIJOS Y NIETOS EN ESTAS ENTRAÑABLES FIESTAS. ES EL GRAN TESORO QUE ES NUESTRA HISTORIA LO QUE LES REGALAMOS, UN PATRIMONIO UNICO QUE NOSTROS HEMOS HEREDADO Y QUE NO SE DEBEN PERDER LAS GENERACIONES QUE NOS PRECEDEN. Pascual Maeso

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