¡Australia anula la compra de vacunas por mil millones de dólares¡

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¡Australia anula la compra de vacunas por mil millones de dólares, después de que los sujetos de pruebas de repente empezaron a dar positivo al VIH!

La Universidad de Queensland terminó abruptamente los ensayos con vacunas contra el coronavirus ordenados por el gobierno australiano en un acuerdo de 1 billón de dólares por 51 millones de dosis.

El acuerdo se anuló después de que los participantes registraron resultados positivos en las pruebas de VIH. Se temió que un fracaso en la vacunación pudiera afectar a la confianza del pueblo en el programa de vacunación COVID-19.

Teniendo en cuenta que incluso en el prospecto de la prueba del VIH se confirma que no existe una norma aceptada internacionalmente para los anticuerpos específicos del VIH, es necesario preguntarse si las pruebas del VIH son tan inútiles como las pruebas de Corona.

En concreto, en el prospecto de la prueba del VIH se dice que en Suiza se puede dar positivo en la prueba del VIH, mientras que en Australia, por ejemplo, con la misma prueba se obtendría un diagnóstico negativo. Irónicamente, el AZT (zidovudina), el medicamento convencional contra el sida, causa exactamente los mismos efectos secundarios como los síntomas previsibles del SIDA.

Resulta especialmente interesante que en la supuesta pandemia de sida se hayan utilizado los mismos trucos que se emplean hoy en día con el Sars-CoV-2. Para dar la apariencia de una pandemia, por un lado, se han reasignado las enfermedades que existían hasta entonces al Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), tal como se hace hoy con las enfermedades «gripales».

Dr. Kary Mullis, el inventor galardonado de la reacción en cadena de la polimerasa (RCP) y otros científicos de renombre, revelan el fraude del SIDA en una documentación que merece la pena ver.

Conclusión: Para crear una ilusión, tienes que engañar a tus espectadores con trucos. En el espectáculo de Corona, son tan perezosos que la única razón comprensible para la decepción masiva es que todavía mucha gente cree que las autoridades y los medios de comunicación son instituciones de confianza.

Afortunadamente, una encuesta reciente de Tamedia muestra que la disponibilidad de la vacunación en Suiza dista mucho de ser suficiente para vacunar al menos al 70% de la población (voluntariamente), como se prevé en la Agenda.

Para invertir la tendencia, intentarán utilizar un pérfido «sistema de incentivos» que recuerda mucho al sistema chino de crédito social. Los que se oponen a la vacunación deben ser educados con sanciones sociales, mientras que los ciudadanos vacunados pueden seguir viviendo normalmente.

Lo decisivo será el tiempo que la población siga participando, porque lo único que realmente necesita la élite para poder alcanzar su objetivo es nuestro consentimiento y es precisamente ese el que están perdiendo cada día más.

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