La Fiscalía pide 7 años de cárcel y 50 millones a la excúpula de UGT por el supuesto fraude en facturas falsas.
Fiestas privadas, ferias, regalos, aperitivos y cenas gourmet, vinos caros, relojes de miles de euros, viajes por todo lo alto, intrigas, poder y persecuciones a chivatos. Y en medio del desenfreno sindicalista, las víctimas: los parados. No es la sinopsis de la última película El Irlandés de Scorsese, pero podría ser. En este caso, se trata de un trama real acaecida en el desgraciado sur de España. QUE SE SEPA ¿Abran mas en el resto de España que no se sepan?
La Fiscalía ya no tiene dudas. La élite sindicalista ha sido acusada de haber robado más de 40 millones de euros falseando facturas a diestro y siniestro.
‘El Padrino’ Fernández Sevilla
Detrás del telón de sus apariciones públicas como revolucionario izquierdista, se escondían facturas de 700 bolsos de pieles y gastos en 1.000 bolígrafos de lujo de la marca Francis Montesinos para un congreso. En 22 meses nunca comió en su casa y jamás pagó gasolina, según las acusaciones del fiscal. Tiempos del vino más caro, de afición a restaurantes taurinos con caché, de copas al atardecer, de sobresueldos de 2.000 euros y de un chorreo de tickets en gastos especiales pagados con fondos de la Junta de Andalucía, apunta el informe de la investigación.
Fresneda, otro ‘capo’
Federico Fresneda perteneció a la élite del sindicalismo patrio. Era el tesorero de UGT y para hacernos una idea, cuando fue detenido en 2014 llevaba en su muñeca un reloj Patek Philippe de lujo inalcanzable para cualquier obrero militante de UGT.
El resto
María Chapín, Lola Sánchez Montaño, Enrique Goicoechea Salazar también fueron altos mandatarios de UGT metidos en el ajo. Hacían lo mismo que los jefes citados. Eran expertos en la falsificación de facturas y ensayaron para que no los pillaran con un programa informático que simulaba tickets de empresas, según Anticorrupción.
FUENTE: LIBREMERCADO Leer la noticia completa PINCHANDO AQUI